Marcelo Moretti intentó retomar la presidencia, pero sigue sin contar con firma institucional. La Comisión Directiva lo dejó plantado y, con renuncias clave de Culotta, Nordenstrom, Cigna y Barros, la acefalía ya no es solo una amenaza.
Moretti regresó al mando, pero no firmó nada: sin firma, no hay autoridad real.
Pidió volver, mandó mails, se presentó con escribana, pero la Comisión Directiva no lo refrendó —y la firma no llegó—.
A la falta de respaldo se suman las nuevas renuncias: Culotta, Nordenstrom, Cigna y Barros dejan al club al borde de la acefalía. Con estas bajas, faltan solo cinco más para activar elecciones anticipadas.
El escenario plantea un interrogante clave: mientras la Justicia avala la vuelta de Moretti, la inacción y las renuncias dentro de la Comisión generan un vacío difícil de cubrir. El riesgo no está solo en la firma que falta, sino en la falta de acuerdos mínimos que permitan al club funcionar con normalidad.
De acá en adelante, el desafío será encontrar consensos que devuelvan equilibrio a la vida institucional. Sin ese paso, San Lorenzo quedará atrapado en una parálisis política que afecta decisiones urgentes, tanto en lo económico como en lo deportivo. El tiempo apremia y la resolución no puede seguir postergándose.



